sábado, 9 de enero de 2010

Árboles

No es otoño pero siento un lamento recorriéndome por dentro
el viento arrastra espirlas
que indómitas
arañan mi rostro
mi rostro frío de alabastro
mi rostro de marfil
mi rostro de señor
de usted
de mayoría

no se ha ido la pascua
pero no volverá más
ni las primaveras que tan dulcemente adolecían
se han perdido para siempre

pero he mutado
he eclosionado en algo nuevo y totalmente distinto
tras dieciocho años de espera por fin he alcanzado lo que me pertenecía por derecho
ahora soy más poderoso
en el sentido amable de la palabra
(las palabras tienen facetas siniestras ocultas en sus velvet velos, podrían cortarnos si nos descuidamos, la sangre... pero sangre que ve la luz se la bebe la tierra)

también soy más responsable
el mundo adquiere nuevos colores.

Mi verso, en cambio, parece no haber cambiado...
bueno, yo no me confiaría.

2 comentarios:

  1. Todo se pierde para siempre una vez que termina, pero todo es una novedad cuando nos enfrentamos a ello. Mutas día a día (o quincena a quincena) pero gracias a los dioses no en algo distinto sino en una evolución constante. Enhorabuena, por eso y por no ser distinto.

    Un beso enorme.
    Magda

    ResponderEliminar
  2. Gracias
    La BIda es buena conmigo
    sabe lo que quiero y se entrelaza entre mis ramas,

    gracias
    mil besos

    ResponderEliminar